Dios nunca nos da explicaciones
Por. Pastor Moisés Mancillas
Cuando un entrenador nos indica una rutina de ejercicio, normalmente nos explica para qué nos va a servir. Aún cuando el ejercicio sea aburrido y tedioso y a veces hasta doloroso, lo podemos resistir, porque sabemos que va a traer ciertos beneficios a nuestra vida.
¡¡Pero Dios nunca explica lo que está haciendo o y tampoco nos dice por qué razón lo hace!!
En la biblia no hay ninguna indicación de que Dios le dijera a Job por qué lo que estaba pasando y cuál iba a ser el resultado de eso.
Como lectores nosotros podemos contemplar todo el panorama y vemos una discusión inicial entre Dios y el diablo. Pero nunca leemos que Dios le diga a Job por lo que iba a pasar y cuál sería el resultado de eso.
La verdad es que Dios nunca nos dijo en la escritura por qué le permitió a Satanás afligir a Job basados en Romanos 8:28 (una verdad bíblica que fue tan válida para Job como para nosotros)
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados"
"De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven."
Job 42:5
¡Podemos decir que éste era uno de los resultados que Dios tuvo en mente todo el tiempo!
A veces después de que termina la adversidad podemos ver algunos resultados positivos en nuestras vidas. Algunas veces los vemos años después, pero rara vez los podemos ver durante la aflicción.
José seguramente pudo ver algunos de los resultados de su aflicción cuando se convirtió en primer ministro de Egipto, pero en realidad nunca pudo notarlos mientras estaba en tribulación. Para él todo el proceso que estaba pasando no tenía ningún significado en realidad, pues era todo lo contrario a lo que había soñado.
Algo de lo que si debemos estar seguros, viendo o no viendo los resultados, es que Dios en su amor quiere lo mejor para nosotros y en su sabiduría sabe cómo hacer para que ocurra.
¿Por qué?
¡¡No podemos exigirle a un Dios soberano que dé explicaciones a sus hijos acerca del porqué hace las cosas!!
Dios tuvo suficientes y buenas razones para hacer cada una de las cosas que sucedieron. Debemos confiar es su amor y sabiduría soberana.
Cuando me refiero a que no deberíamos de preguntar a Dios "¿por qué?", no me refiero al "por qué" de angustia que se expresa ante una situación de calamidad, sino más bien, me refiero al "¿por qué?" acusador con el que a veces queremos que nos den ciertas explicaciones sobre las razones por las que se hacen las cosas.
El primero es una reacción humana natural. Por ejemplo, hay 3 Salmos empiezan con un "¿por qué?" de angustia, o lamento:
Salmo 10 - ¿Por qué estás lejos,
Salmo 22 - Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Salmo 74 - ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre?
Pero cada uno de ellos termina con versículos de confianza en Dios. El salmista no permitió que su "¿por qué?" se alargara permitiendo acusaciones contra Dios. Sus "¿por qué?" eran gritos de angustia, una reacción natural al dolor.
En Job hay 16 veces en donde él le pregunta a Dios "¿por qué?" de una manera insistente y con una actitud petulante (presumido, creído, fatuo, insolente, descarado, engreído, vanidoso). Y en ninguna de esas ocasiones, Dios nunca responde sus "¿por qués?" .
Creo que es importante dejar de preguntarle a Dios "¿por qué?" hace las cosas.
Él tiene derecho a hacer lo que quiera y cuando quiera!
Cuando le preguntamos "¿por qué?" , normalmente es porque no tenemos confianza en Él y si nos conviene la situación la aceptamos, si no, no!!
Job no necesitaba saber quién era el responsable de todas las cosas que le sucedieron, él solamente necesitaba conocer a Dios!
Si bien no podemos exigirle a Dios un "¿por qué?" , sí debemos pedirle la capacidad para comprender lo que El nos está enseñando por medio de una experiencia en particular.
Debemos confiar en que Dios está obrando en esa experiencia para nuestro beneficio, aún cuando no veamos resultados positivos. Debemos aprender a confiar en Dios cuando no nos dice por qué o aun cuando no entendamos lo que está haciendo.
Los caminos de Dios son incomprensibles
A veces llegamos al punto en donde no le pedimos a Dios que se explique en por qué hace las cosas, pero el problema viene cuando nosotros mismos tratamos de entender por qué Dios hace las cosas. No nos gusta vivir sin una explicación razonable sobre lo que está pasando. Y nuestra búsqueda es insaciable. Esta es una tarea inútil y a la vez no confiable.
"Porque mis ideas no son como las de ustedes, y mi manera de actuar no es como la suya.
Así como el cielo está por encima de la tierra, así también mis ideas y mi manera de actuar
están por encima de las de ustedes.”
Isaías 55:8-9
(DHH)
Los caminos y pensamientos de Dios son incomprensibles para los hombres.
El apóstol Pablo reafirma la misma verdad en Romanos:
"¡Qué profundas son las riquezas de Dios, y su sabiduría y entendimiento! Nadie puede explicar sus decisiones, ni llegar a comprender sus caminos. Pues “¿quién conoce la mente del Señor? ¿Quién podrá darle consejos?"
Romanos 11:33-34
(DHH)
La sabiduría de Dios es profunda. Sus decisiones inexplorables. Sus métodos misteriosos
Si nadie ha comprendido su mente, menos aún puede aconsejarle sobre el curso de una acción.
Cuán inútil o arrogante es querer entender a Dios, querer entender el por qué de una situación en especifico
Si quieres experimentar paz en los momentos de aflicción debes de llegar al punto en donde verdaderamente confíes en que los caminos de Dios están mas allá de lo que vemos y dejar de preguntarle "¿por qué?" O lo que es peor, tratar de descubrirlo nosotros mismos
En sus últimas palabras Job Reconoce humildemente que los caminos de Dios son profundos
"¿Quién soy yo para dudar de tu providencia, mostrando así mi ignorancia? Yo estaba hablando de cosas que no entiendo, cosas tan maravillosas que no las puedo comprender.
Tú me dijiste: “Escucha, que quiero hablarte; respóndeme a estas preguntas.”
Hasta ahora, solo de oídas te conocía, pero ahora te veo con mis propios ojos.
Por eso me retracto arrepentido, sentado en el polvo y la ceniza."
Job 42:3-6
Job se dio cuenta que los caminos de Dios son maravillosos e imposible de que él los entendiera.
Cuando vio Job la soberanía de Dios y su majestad, se arrepintió de su cuestionamiento arrogante, aún cuando todavía tuviera el sufrimiento y el dolor sentado sobre polvo y ceniza, él se reconfortó en su creador. Dejo de preguntar y simplemente creyó.
David de una manera similar se sometió a los propósitos soberanos y su infinita sabiduría
(1b)Señor, no es orgulloso mi corazón, ni son altaneros mis ojos, ni voy tras cosas grandes y extraordinarias que están fuera de mi alcance.
Salmo 131:1dhh
Las cosas grandes y extraordinarias a las que se refiere David son los propósitos secretos de Dios y sus infinitos medios para cumplirlos. David no ejercitó su corazón buscando entenderlas, al contrario, guardó silencio y aquietó su alma buscando la sumisión y confianza en Dios.
Honremos a Dios confiando en Él.
Lleguemos al punto en el cual podamos decir: "Dios, no tengo por qué entenderte, tan solo confiaré en ti."
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