La importancia de los 5 ministerios en la iglesia de Cristo




“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles: a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;”

Efesios 4:11-13



     Jesucristo constituyó ministerios con el propósito de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, hasta que lleguemos a la estatura de Cristo.  En 1 Corintios 12:4-6, podemos darnos cuenta de la forma en la que Dios distribuyó las habilidades, capacidades, ministerios, dones, operaciones, etc. al pueblo y esto con el propósito de ubicar al cuerpo, que se mantenga en unidad: ”Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.



     De igual forma, nos podemos percatar de que Dios ha delegado su autoridad a través de sus diversas manifestaciones: los dones son dados por el Espíritu Santo; los ministerios los constituyó Jesucristo, al levantar a los apóstoles y maestros; las diferentes operaciones necesarias para la correcta operación de la obra de Dios, las ha establecido Él mismo. Todo esto a través de sus diversas manifestaciones, delegando su autoridad a su pueblo en diversas formas, pero Dios sigue siendo uno.


     Cuando Jesucristo establece los 5 ministerios, en realidad lo que hizo fue poner una parte de él mismo en cada uno de nosotros, ya que “Él mismo los constituyó”. Cuando los 5 ministerios están en acción, en realidad es Él mismo actuando. Como hijos de Dios tenemos la capacidad, la autoridad y la unción de Dios para poder establecer el reino en el lugar en el que nos encontremos. Esto nos obliga a vivir y a movernos en otra dimensión. Y por tal motivo, en nuestro vocabulario no deberían de existir estas 3 frases: “no sé, no puedo y no tengo”. Porque son una contradicción a Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

     Es importante aprender a dimensionar lo que somos, a entender que como hijos de Dios somos especiales. Si tan sólo pudiéramos creer eso, creer que somos hijos de Dios, entonces nuestro actuar sería diferente y marcaríamos la diferencia en cualquier lugar en el que nos encontremos. El potencial y la capacidad existen en nosotros, pero no lo usamos, regularmente por ideas equivocadas al creer que no podemos o no sabemos. Al hacer esto devaluamos la autoridad, el manto que Dios ha puesto sobre nosotros como sus hijos.

     Dios estableció los ministerios y dio los dones para preparar a su pueblo santo para el trabajo de servir y fortalecer el cuerpo de Cristo. Este trabajo debe continuar hasta que estemos todos unidos en lo que creemos y conocemos al hijo de Dios.

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