No solo te doy, ¡estoy contigo!


Por. Pastor Moisés Mancillas 

Jesús anda sobre el mar

Juan 6:16-21 
 Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban. 

La gente busca a Jesús

Jua 6:22-24
El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos. Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús. 

Jesús, el pan de vida

Jua 6:25-29
Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.


¿Qué tiene que ver el viento con el hambre?

Una respuesta es que si se tiene suficiente de alguna de las dos, puede matarnos. Si se está en el desierto, sin acceso a comida, el hambre puede matarnos. Y si se está en el mar y no tenemos acceso a la tierra, el viento puede matarnos.

El Viento es el Peligro
"No. La lluvia no es problema. El viento es el problema."  Si no hay viento, no hay grandes olas. Y la lluvia simplemente corre hacia fuera del bote. Pero si hay viento, las olas se hacen más y más grandes, y no hay protección para un bote pequeño contra olas gigantes.

Así que el hambre puede matarnos, y el viento puede matarnos. Si el hambre está a punto de matarnos en el desierto, nos puede salvar alguien que nos de pan. Si el viento está a punto de matarnos en el mar, nos puede salvar alguien que camina sobre el agua.


NO ES ESE TIPO DE REY

Recuerde que en el sermón pasado Jesús había tomado cinco panes de cebada y unos pocos peces, dio gracias a Dios y entonces alimentó con ellos a 5 mil personas. Esa es la historia en Juan 6:1-15. El objetivo supremo de aquel milagro era señalar a Jesús mismo como el Pan del cielo. El objetivo no era sólo mostrar que Jesús da pan para satisfacer nuestros estómagos, sino que Él es el pan que satisface nuestras almas.

Pero la gente era ciega a esta verdad. Lo vemos hoy en el versículo 26: "Jesús les respondió y dijo: En verdad, en verdad os digo: me buscáis, no porque hayáis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado."

El versículo 15 dice que ellos querían convertir a Jesús en su rey. En otras palabras, creían en Él como una gran fuente de prosperidad, pero no como un gran Salvador del pecado, y no como un gran Tesoro en sí mismo.


PARA SER NUESTRO PAN

Pero la vez anterior argumentamos que Jesús no vino al mundo, fundamentalmente, para dar pan, sino para ser pan.

No vino para ser un botones de hotel siempre listo para nuestros estómagos, sino para ser el pan que satisface totalmente nuestra alma.

Si, Él se interesa por nuestras vidas físicas en esta época, pero se interesa 10 millones de veces más por nuestra vida eterna. Se acerca el día de la resurrección cuando a su pueblo dará cuerpos como su cuerpo glorificado, y cuando "enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte


LA VIDA ETERNA NO ES UNA VIDA FÁCIL

Jesús no vino al mundo, principalmente, para librarnos de los sufrimientos de ésta época actual, sino para liberarnos de la ira venidera (1ra a los Tesalonicenses 1:10). No vino para darnos una vida fácil, sino para darnos una vida eterna después. Así que cuando quisieron hacerle el rey-botones (en el versículo 15), les dejó y fue hacia la montaña.

Después, esa tarde, los versículos 16-21 dicen:

Al anochecer sus discípulos descendieron al mar, y subiendo en una barca, se dirigían al otro lado del mar, hacia Capernaúm.  Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos;  y el mar estaba agitado porque soplaba un fuerte viento.  Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron.  Pero El les dijo: Soy yo; no temáis. Entonces ellos querían recibirle en la barca, e inmediatamente la barca llegó a la tierra adonde iban.


CAMINANDO SOBRE EL MAR PARA ACLARAR LO DE LOS PANES

Una de las cuestiones sorprendentes en este milagro de Jesús caminando sobre el mar, y de los discípulos siendo rescatados del viento y desembarcando en puerto seguro, es que nada se dice de ello en el resto del evangelio. Estamos en medio del capítulo 6, y todo el capítulo está dedicado a mostrar las implicaciones del milagro de alimentar a los 5 mil. Así que ese milagro tiene todo un capítulo de atenciones y explicaciones. Y este milagro no.

De modo que Juan no está diciendo que este milagro sea la plataforma para un amplio diálogo sobre la habilidad de Jesús para caminar sobre el mar. Por el contrario, este milagro es insertado en la historia de la alimentación de los cinco mil. En la mente de Juan, este milagro sirve a aquella historia. Juan está narrando el corto y sorprendente incidente de Jesús caminando sobre el mar, para aclarar o subrayar algo en la historia de los panes y peces.


PARA LOS DISCÍPULOS Y PARA NOSOTROS

Vea una pista de una posibilidad del por qué. Hasta donde sabemos, la gente de quienes huyó Jesús en el versículo 15, y algunos de quienes estará hablando en el resto de este capítulo, nunca oyeron de este milagro. Jesús no habla de ello. Los discípulos no hablan de ello. Entonces, ¿para quién es?

Es para los discípulos. Y para nosotros. Jesús muestra a los discípulos algo que subraya el objetivo de alimentar a los cinco mil. Uno de los puntos menores que no mencionamos la vez pasada fue que cuando los cinco mil comieron hasta saciarse, Jesús dijo a los discípulos en el versículo 12: "Recoged los pedazos que sobran, para que no se pierda nada."


DANDO A CRISTO A OTROS COMO NUESTRO REGALO

Entonces, el versículo 12 dice algo que ciertamente tiene más sentido que un simple cálculo matemático. "Los recogieron, pues, y llenaron doce cestas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido."

¿Por qué doce? Ciertamente no es una simple coincidencia que hayan sido doce. Jesús llama a sus discípulos "los Doce," en los versículos 70.

Ciertamente Jesús quiere decir: Cuando ustedes me sirven y dan y dan y dan hasta que piensan que no pueden dar más, yo me ocuparé de ustedes. Yo siempre seré suficiente para ustedes. Si derraman sus vidas para dar pan al mundo, yo seré su pan que todo lo satisface. Mientras más satisfagan a otros, más les satisfaré yo a ustedes. Mientras más vida den a otros, más vida seré yo para ustedes.


EL MILAGRO DE SU PRESENCIA

Ésto es lo que pienso que Jesús está subrayando y mostrando cuando viene a ellos caminando sobre el agua. El versículo 17 dice que: "Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos". De modo que tenemos una imagen de los discípulos en la oscuridad, en una tormenta, privados de Jesús, justo después de un milagro que decía: Yo soy el pan del cielo, si ustedes se alimentan de mí, vivirán por siempre (6:50).

Pero ahora sus vidas están en peligro, no por el hambre, sino por el viento. Versículo 18: "y el mar estaba agitado porque soplaba un fuerte viento." 

Esta vez no les da doce canastas de pan milagroso. Les da el milagro de su presencia cuando pensaron que no había escapatoria.


JESÚS ES EL PAN

Y pienso que el enfoque está en la presencia de Jesús, en su presencia personal, porque Juan no hace comentarios acerca del cese de la tormenta. No es el mensaje. ¿Qué dice? Versículos 19-21:
Vieron a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron.  Pero Él les dijo: Soy yo; no temáis. Entonces ellos querían recibirle en la barca, e inmediatamente la barca llegó a la tierra adonde iban.

Juan no dice: ¡Oh, tiene autoridad sobre el viento y las olas! ¡Qué gran rey proveedor hubiera sido! Eso es cierto. Lo hubiera sido, y lo es.

Pero Juan dice: Jesús mismo vino a ellos. Se identificó a sí mismo: "Soy yo," y ellos se alegraron, quisieron que subiera al bote. Y con ello, termina inmediatamente la historia dentro de la historia.


ESTÁN EN SU REFUGIO DESEADO

El mensaje había sido dado. Había sido doblemente entregado. Hice un milagro para ustedes en la tierra, y les di a cada uno una cesta de panes. Les mostré que seré un pan personal para ustedes, para cada uno de ustedes.

Si tienen un ministerio abrumador delante (como alimentar a cinco mil) y se sienten totalmente inadecuados, yo no sólo les daré recursos para saciarles, también estaré allí para ustedes cuando todo haya terminado. No sólo les daré pan; seré pan para ustedes.


PAN EN EL BOTE

Y ahora he hecho otro milagro para ustedes. Les he mostrado que en la oscuridad, en la tormenta, no dejaré que algo les separe de mí. Caminaré sobre el mar para estar con ustedes. Y cuando me suban al bote con gozo, llegaremos al refugio deseado.

Por tanto, sea que la historia trate sobre ser rescatados del hambre haciendo pan, o ser rescatados del viento, caminando sobre el mar, la idea es: Yo no sólo doy pan; yo soy pan. No sólo hago que el viento se detenga; me subo al bote.




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