Templanza o dominio propio

El temperamento es parte de la personalidad que manifiesta a los demás quienes somos en circunstancias adversas. Habemos quienes tenemos temperamentos fuertes o dominantes y débiles o sumisos.
Los sentimientos son parte de nuestra personalidad que demuestra quienes somos en todo tipo de circunstancias.
Las pasiones son los deseos que cada uno tenemos y le dedicamos cierto tiempo de nuestras vidas.

La templanza es el modulador del temperamento, las pasiones y los sentimientos.
Es como un termostato de control, para que nuestra personalidad sea conforme al carácter de Cristo.
En 1Co 9:24-27 nos habla de la necesidad de concentrarnos para ganar esa carrera, así como la preparación, para que podamos llegar a la meta. Y para alcanzarlo necesitamos la templanza.
Las herramientas para alcanzar templanza es sacrificar la carne mediante el ayuno, la oración y la lectura.
El dominio propio nos sirve para no cometer errores, para realizar las cosas que necesitamos hacer  correctamente y para evitar impulsos de los que nos arrepenterimos despues y sobre todo para resistir a las tentaciones que nos pueden llevar al pecado y vencerlas.
Busca a Dios y el usará tus debilidades para formar en ti templanza.

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